viernes, 23 de abril de 2010

EL ESPÍRITU NOS HACE AMIGOS DE DIOS

Y nosotros...  ¿Conocemos la existencia de los dones del Espíritu Santo y sabemos lo que Dios puede hacer por medio de ellos? Al saber como trabaja el Espiritu Santo podremos darle la libertad para que Él trabaje como quiera.  

Los dones del Espíritu Santo son en nuestra alma puertas que se abren al Infinito y por las que nos llega ese soplo del Espíritu de amor que trae consigo la luz y la vida. Es cierto que el Espíritu «sopla donde quiere y no se sabe de dónde viene y adónde va», pero sabemos que es el soplo de la Sabiduría de amor, de la misericordia infinita, que tiene necesidad de difundirse, que nos ha creado para darse a nosotros y llevarnos en el poderoso movimiento y en las riquezas ardientes de su vida desbordante.

Para la realización de su designio en nosotros, nuestra buena voluntad es demasiado lenta y enferma. El soplo divino utilizará, pues, estas puertas que se abren ante él y se precipitará como un torrente, como un «río caudaloso» dice la Escritura, para enriquecer al alma al margen de sus méritos, sin preocuparse más que de su necesidad de entregarse y difundirse.

Por medio de los dones del Espíritu Santo, capacidades receptivas que se adaptan a la fuerza del soplo que reciben, invade Dios el alma, realiza en ella el querer y el obrar, perfecciona las virtudes y ejerce su acción progresivamente o de una sola vez, según el modelo y la medida que él se ha fijado. Santa Teresa del Niño Jesús comprueba un día que Dios la ha tomado y la ha colocado donde está. San Pablo confiesa que él es lo que es por la gracia de Dios.

Por estas puertas abiertas al Infinito, por estas velas desplegadas para recoger el soplo del Espíritu, la misericordia todopoderosa entra en las almas y hace de ellas profetas y amigos de Dios. Además, es necesario que estas puertas se abran al Infinito por la confianza, y que estas velas se desplieguen por el amor para ser henchidas por el fuerte viento. ¿Cómo podríamos realizar esto, si no conocemos la existencia de los dones del Espíritu Santo y no sospechamos lo que Dios puede hacer por medio de ellos? (QV 364-365)


2 comentarios:

G.X dijo...

magnífico!

Lupe dijo...

Muy buenos artìculos..Nos descubren mas la importancia del sacerdocio , y a seguir rezando por ellos.Gracias