Y nosotros... ¿Conocemos la existencia de los dones del Espíritu Santo y sabemos lo que Dios puede hacer por medio de ellos? Al saber como trabaja el Espiritu Santo podremos darle la libertad para que Él trabaje como quiera.

Para la realización de su designio en nosotros, nuestra buena voluntad es demasiado lenta y enferma. El soplo divino utilizará, pues, estas puertas que se abren ante él y se precipitará como un torrente, como un «río caudaloso» dice la Escritura, para enriquecer al alma al margen de sus méritos, sin preocuparse más que de su necesidad de entregarse y difundirse.
Por medio de los dones del Espíritu Santo, capacidades receptivas que se adaptan a la fuerza del soplo que reciben, invade Dios el alma, realiza en ella el querer y el obrar, perfecciona las virtudes y ejerce su acción progresivamente o de una sola vez, según el modelo y la medida que él se ha fijado. Santa Teresa del Niño Jesús comprueba un día que Dios la ha tomado y la ha colocado donde está. San Pablo confiesa que él es lo que es por la gracia de Dios.

2 comentarios:
magnífico!
Muy buenos artìculos..Nos descubren mas la importancia del sacerdocio , y a seguir rezando por ellos.Gracias
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