viernes, 5 de marzo de 2010

TESTIMONIOS

En el padre María-Eugenio veía a alguien que se tomaba a Dios en serio, un alma transformada en “zarza ardiente”.
Padre Vercoustre, O.P.

Querido Padre María-Eugenio:
Gracias por tu presencia en 1940: eras un simple teniente, silencioso, discreto, sonriente, radiante pero sin aureola (…) Gracias por haberte encontrado en mi camino de seminarista para animarme y enseñarme a orar.
Un sacerdote

Hay que considerar el libre Quiero ver a Dios del padre María-Eugenio del Niño Jesús como un clásico de la literatura espiritual del siglo veinte. Después de prácticamente medio siglo, sigue siendo actual. Fue escrito poco antes del Concilio Vaticano II, anticipando, por así decirlo, sus enseñanzas.
Card. Georges Cottier

Tenía una visión universal, católica en el sentido pleno de la palabra.
Padre Albert, carmelita.

Yo tenía entonces entre 11 y 13 años. (…) Crucé su mirada, y me impresionó la luz y la fuerza que irradiaba. Pensé: a un hombre como éste, hay que seguirlo o darle la espalda. Después descubrí que esta fuerza iba unida a una profunda suavidad, una bondad junto con una gran humildad.
M.J. Blanc

La oración unificaba su vida.
Padre Valentino, (padre carmelita que estuvo con el padre María Eugenio en Roma)

¿El padre María-Eugenio? Lo era todo para todos.
El electricista de Notre Dame de Vie

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece excelente idea conocer personas tan llenas de Dios como es el caso del P. María Eugenio del Niño Jesús. Si nuestro mundo que ha perdido el sentido de Dios es urgente conocer personas como él!!!!!!!!